Capítulo 15 – La penya Gol de Baix y la muerte de Gamper

Joan Gamper, fundador y cinco veces presidente del FC Barcelona, se suicidó en su piso de Barcelona, situado en la calle Girona, el 30 de julio de 1930.

Arruinado por el crac bursátil de 1929 y con problemas de depresión desde que se le dio la espalda desde el Club, Gamper había sufrido un deterioro de su salud en los cinco años anteriores. Había sido un jefe de turco ante la dictadura de Primo de Rivera, que lo convirtió en único responsable de los hechos del 14 de junio de 1925, después de la polémica del silbido a la Marcha Real. Directivos, políticos o ilustres del Club se habían desentendido de cualquier responsabilidad, liberándose así de cualquier implicación en aquellos hechos.

Explican que un desilusionado Joan Gamper llegaría a confesar ante sus íntimos que: “El Barcelona no me estima”. Sin embargo, y sin ninguna brizna de ironía, el entierro del padre del barcelonismo significó una manifestación ciudadana nunca vista entonces, encabezada por sacerdotes católicos a pesar de que se suicidara y fuera de religión protestante. Fue una manifestación de luto y de aprecio hacia la persona más importante de la historia del Club, pero quizás también de remordimientos colectivos.

El fin de una etapa

El día que Barcelona conoció el trágico traspaso de Gamper, muchos sintieron un ataque agudo de mala conciencia. Con la muerte de Gamper acababa no solo una etapa, también finalizaba una forma de dirigir el Club más altruista, implicada y romántica. Un proyecto iniciado con su primera presidencia, y que llevó al FC Barcelona de una situación de absoluta pérdida de destinos a ser un club fuerte, asentado en el mundo del fútbol y al cual todo el mundo ya reconocía por sus raíces.

También acababa una época dorada de futbolistas que habían dado todos los éxitos al Club durante diez temporadas, pero a los cuales ya tocaba ir buscando el necesario relevo, una tarea siempre muy difícil de gestionar desde las juntas directivas de todas las épocas. Acababan también siete años de Dictadura que tuvo el Barça en el punto de mira y vendían tiempo de ilusión para la sociedad catalana. Eso sí, habría que enamorarla por segunda vez, puesto que, con la bajada del gran Barça de la Edad de Oro y los nuevos horizontes políticos para Cataluña, la gente volvía a sentirse más a gusto hablando de posibles victorias que de derrotas.

La fidelidad de la penya Gol de Baix

En estas circunstancias, si hay una peña que podemos calificar como fiel al fundador del FC Barcelona, es la Penya Gol de Baix. Esta entidad no solo lo acogió cuando la dictadura de Primo de Rivera pretendía hacer olvidar su figura (tal como explicamos en capítulos anteriores), sino que lo tuvo muy presente en la celebración del 31º aniversario del Club, como demuestra este artículo del Mundo Deportivo del 3 de diciembre de 1930:

EL RECUERDO A GAMPER DE LA PENYA GOL DE BAIX EN SU XXXI ANIVERSARIO

Tal y conforme se había anunciado, un crecido contingente de aficionados a la penya Gol de Baix conmemoraron el XXXI aniversario de la fundación del FC Barcelona, creado a iniciativa del que fue nuestro malogrado amigo, don Juan Gamper, yendo al cementerio y depositando sobre su tumba una magnífica corona de flores naturales de la que pendía una cinta con los colores del Club y la siguiente inscripción: “La penya Gol de Baix al seu company Joan Gamper”.

Una vez reunidos frente al lugar donde descansan los restos mortales de Gamper, el Rdo Padre Luís Sabater dedicó al finado breves y sentidas frases rezando un responso por el alma de aquel inolvidable batallador, fundador del club que tanto renombre lleva alcanzado.

Para todos aquellos y aquellas peñistas que alguna vez quieran visitar los restos de Joan Gamper, estas todavía descansan en el cementerio de Montjuic, en un panteón indicado en el plano del cementerio.