Capítulo 18 – La Peña Sancho

Hoy en día, es menos corriente el hecho de bautizar a las peñas con nombres de jugadores. De hecho, si no vamos errados, la última peña fundada con el nombre de un jugador fue la Peña Pedrito, en las Islas Canarias, dedicada al jugador canario Pedro Rodríguez, surgido de La Masía y de gran recuerdo entre el barcelonismo.

Al santoral peñístico han subido jugadores como por ejemplo Migueli, Joan Gamper, Carles Rexach, Pep Guardiola, el Chapi Ferrer, Nadal, Marcial, Johan Cruyff, Ramon Llorens, Raich, Sadurní, Vicenç Piera, Marc Bartra, Gerard Piqué, Hristo Stoichtkov, Bakero, Rivaldo, Carles Puyol, Ivan de la Peña, Andrés Iniesta, Kubala, Milonguita Heredia o incluso el lejano Héctor Scarone, que da nombre a la peña de Montevideo.

Los presidentes que han dado nombres a peñas han sido Joan Gamper, Josep Suñol, Josep Lluís Núñez, Joan Gaspart y Joan Laporta. Sin olvidarnos de Nicolau Casaus, del cual cinco peñas llevan su nombre en la actualidad. Ahora bien, si hablamos de nombres curiosos, encontramos que en 1991 se fundaba en la ciudad orchatera valenciana de Alboraya una peña con un nombre poco corriente: Peña Barcelonista Juan Pablo II de Alboraya.

Homenaje a Agustí Sancho

Pero no desviemos el tema y volvamos a los inicios de los años 30 cuando, siguiendo la moda, emergía una peña en homenaje al gran mediocentro del Barça de la Edad de Oro: la Peña Sancho. Poca información tenemos, más allá de que se fundó en homenaje a Agustí Sancho, pero la importancia de este personaje merece dedicarle un capítulo.


Es un jugador que quizás no tiene una historia de cine como la de algunos compañeros de aquella época, pero, sin ningún tipo de duda, fue una pieza clave en el que ha sido el segundo mejor periodo de la historia del FC Barcelona: el Barça de la Edad de Oro. Haciendo comparaciones en el tiempo y en la personalidad, el papel de Sancho en aquel equipo podría compararse con el que desarrolló Sergio Busquets en Barça de la última década.

Agustí Sancho Agustina era natural del pueblo castellonense de Bell-lloc, donde nació el 3 de diciembre de 1896. De muy joven, la familia se trasladó a Barcelona y empezó a jugar a fútbol con 15 años en diferentes equipos de Sants. La temporada 1916/17, pasó al FC Barcelona sustituyendo al mediocentro Alfred Massana, y pronto fue un jugador importante. Estuvo en el eje de la línea medular azulgrana hasta la temporada 1921/1922, cuando se marcha otra vez a la UE Sants a causa de unas discusiones con la directiva con respecto a la renovación de su licencia.

Evidentemente, en esta renovación había un motivo económico encubierto, puesto que entonces el llamado “amateurismo marrón” (una forma de cobrar bajo mano) era muy habitual dado que todavía no era oficial el profesionalismo en el fútbol. Una temporada después, con Enric Cardona a la presidencia del club, Sancho volvía a vestirse de azulgrana y permaneció en el Barça hasta el año 1928.

Éxitos deportivos y económicos

El dinero ganado con el fútbol le permitió ir mejorando su condición profesional y social posteriormente, llegando a ser contratista de obras y logrando un buen nivel de vida. Sobre todo, si añadimos que estaba contratado en el Ayuntamiento de Barcelona en un importante cargo de las obras municipales. Sus compañeros de equipo criticaban su carácter rácano, pero gracias a esta obsesión ahorradora no pasó las penurias como otros después de la retirada del fútbol.

Agustí Sancho fue cinco veces campeón de España y nueve de Cataluña. Jugó tres veces con la Selección Española entre 1920 y 1923. Cabe destacar la primera aparición, en los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920, donde España se colgó la medalla de plata con Sancho como integrante.

Agustí Sancho murió el 25 de agosto de 1960, en la edad de 63 años.

Una de las anécdotas que circulan como una leyenda en clave azulgrana era la habilidad de Sancho para parar la pelota con el pecho, hacerla rodar en su más que marcada panza y chutarla con fuerza sin que cayera en el suelo. Esta jugada creaba el delirio de los barcelonistas citados en el campo de la Calle Industria o, posteriormente, en el flamante y estrenado nuevo estadio de Les Corts.