Las peñas no fallaron y volvieron a ser protagonistas en un gran hito europeo. El desplazamiento a la final de la Champions League femenina fue todo un récord, con más de 40.000 culés que tiñeron el nuevo San Mamés de color azulgrana. Una cita que pasará a la historia del Barça por la dimensión y por el partido, que supuso la tercera Champions del Barça femenino después de superar al Olympique de Lyon por 2-0.
Desde mayo de 2019, en la primera final disputada en Budapesthasta la actualidad, el crecimiento del apoyo de las peñas al equipo ha sido exponencial, como ya se comprobó también en las finales de Turín, en 2022, y Eindhoven, la pasada temporada. Esta vez, el movimiento de peñas superó todas las expectativas y contribuyó como nunca a la consecución de un título que se recordará para siempre..
La previa, con la PB BizkaBarça como protagonista
El local de la PB BizkaBarça (Federación Euskadi), muy próximo a San Mamés, fue punto de peregrinaje y encuentro de centenares de barcelonistas durante todo el día; desde las 11 de la mañana, cuando abrió las puertas, hasta la hora del partido. Los socios, peñistas y aficionados pudieron conocer a los culés incondicionales de Bilbao y compartieron momentos muy especiales con ellos. Participaron multitud de peñas, que estrecharon lazos con culés llegados de todas las 30 federaciones territoriales.
También se vivió un gran día de barcelonismo por las calles de Bilbao, donde las banderas y bufandas azulgranas ondearon incansablemente como preludio de la que sería una jornada redonda. En el estadio, las peñas hicieron sentir su voz junto con toda la afición culé, que hizo que las jugadoras se sintieran cómo si jugaran el partido en casa. La celebración del título fue la guinda del pastel de un día que será recordado como uno de los más importantes en la movilización del movimiento de peñas.